Ninguna fuerza policial tiene poder alguno para interferir o regular la industria de seguros, y todos los proveedores de seguros y sus aseguradores son más o menos libres de cobrar primas basándose en propia evaluación del riesgo.

Una pregunta frecuente de las personas a las que se les ofrecen cursos y asisten a ellos es si la oferta y la asistencia a un curso NDORS (Programa Nacional de Reeducación de Infractores de Tráfico) debe ser notificada a sus aseguradoras. El consejo legal es que la asistencia a un curso NDORS no es una condena, ni debe ser tratada como una condena, a diferencia de una multa fija.

Los datos de NDORS NO se comparten con las compañías de seguros y estas no tienen acceso a ellos.

Parece haber un enfoque inconsistente por parte de la industria hacia NDORS: una minoría de aseguradoras ajusta las primas una vez notificadas y la mayoría no muestra ningún interés.

La Ley de Seguros al Consumidor (Divulgación y Representaciones) de 2012, entró en vigor el 6 de abril de 2013. Esta ley modifica la antigua norma del derecho común de que las pólizas de seguro son contratos «de la máxima buena fe», que obligaba a las personas a revelar información que pudiera ser relevante, incluso si no se hubiera solicitado. Según la ley, los miembros del público que contratan un seguro principalmente para fines no comerciales, pero que incluye una póliza de automóvil privado con uso comercial de Clase 1, ya no necesitan intentar adivinar qué podría querer saber una aseguradora. En su lugar, solo tienen que proporcionar lo que se solicita, ya sea al contratar una póliza o cuando algo cambia durante la vigencia de una póliza.

Por lo tanto, a menos que se pregunte específicamente sobre la asistencia y finalización del curso NDORS en el momento de contratar la póliza, o en cualquier otro momento durante la vigencia de la póliza, un conductor que no haya completado un curso NDORS no tiene obligación alguna de revelar esto a su aseguradora. Sin embargo, el detalle siempre está en la letra pequeña.